Arte Poética

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Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges

¿Cuál es el objeto de estudio de la filosofía...ahora?

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Como reza el título de este abandonado blog "Filei to Sophon" (amar la sabiduría, en nuestra lengua), filosofía es un verbo, una actitud.
Quizá los griegos se referían a aquellos sujetos, que se dedicaban a buscar explicaciones del mundo que les rodeaba al pronunciar "filósofos", pero, específicamente, aquellos que llevaban esa búsqueda con ingenuidad. Aristóteles, diferenciaría a los filósofos del resto de los sujetos que buscan explicaciones, diciendo que buscan el saber, por el saber mismo.
La sabiduría como un fin y no como un medio, tal es la búsqueda del filósofo; pues muchos podrían buscar explicaciones en el mundo para poder crear a través de ellas, una red de dominación ya sea por medio de la técnica o por medio de la religión. La clave, entonces, de esta búsqueda por el saber, está en la ingenuidad. Está en buscar ese saber que no conlleva poder, o al menos, no lo lleva intencionadamente.
Ahora bien, respondiendo esa pregunta, desde la antigua Grecia, nos encontramos con los filósofos así llamados "físicos" o presocráticos, quienes explicaban el orígen de todas las cosas por medio de causas materiales.
Pero... ¿Cuáles son las preguntas de la filosofía? Heidegger, en su intento por re-encurzar la filosofía, nos respondería que debemos hacer la pregunta por el ser; pues ha sido una pregunta completamente soslayada por gran parte de la historia de la filosofía, diría el filósofo alemán.
Realmente, es necesario que nosotros nos preguntemos cuál es el objeto de historia de la filosofía... ¿Cuáles son sus preguntas? Schopenhauer, diría que para filosofar, hay que estar dispuesto a no omitir absolutamente ninguna pregunta...
Quizá, una gran diferenciación entre lo filosófico y lo científico estaría en desdeñar un poco la pregunta cómo, que se refiere a procesos y ensalzar la pregunta porqué, pues es la pregunta fundamental que busca esencia, trascendencia y sobre todo, causas primeras y fines últimos.
Pero, dudándolo, ¿Acaso la filosofía se apropia monopólicamente de la pregunta "porqué"?
¿Acaso un artista no la podría abarcar? ¿Algún científico?... ciertamente, la pregunta "porqué", como causa primera, pareciera tratar de ser respondida por la teoría del big bang y como fin último con el enfriamiento constante del universo. La astronomía, trata a como dé lugar de quitarnos la pregunta, para contentarnos con una teoría (que lejos de ser una verdad es sólo eso, teoría... una más que se renueva y cambia periodicamente).
Pero, des-dudando, realmente la pregunta al "porqué" no es respondida por el sólo hecho de postular que "debió ser que dos partículas se juntaran y produjeran una explosión", pues realmente, esa respuesta engendra unos nuevos "cómo's" y "Porqué's"; como afirma el mito pitagórico, siempre nos acercamos a la sabiduría, pero cuando ya vamos a tenerla caímos nuevamente en la ignorancia y repetimos este ciclo eternamente.
La pregunta de la filosofía... "el porqué", una pregunta completamente inagotable, que se puede hacer en todo momento y en todo lugar. Es una pregunta trascendente que busca la trascendencia. Realmente, pareciera ser la gran pregunta, la herramienta de la filosofía... pero aún no respondo la pregunta: ¿Cuál es el objeto de estudio de la filosofía actualmente? esta inquietud seguirá aún más, y con más intensidad si compartiesemos algunas opiniones de filósofos contemporáneos:

Ludwig Witgenstein
"La filosofía trata sólo de los malentendidos del lenguaje"

Albert Camus
"No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio"

Emil Michel Cioran
""En la época en que, por inexperiencia, se le coge el gusto a la filosofía, yo decidí, como todo el mundo, hacer una tesis ¿Qué tema escoger? Quería uno manido e insólito a la vez. Cuando creí haberlo encontrado corrí a comunicarle a mi profesor.
-¿Qué le parece a usted una teoría general del llanto? Me siento capaz de desarrollar ese tema..."

Reflexionemos
  • Espero, que puedan reflexionar: ¿Realmente puede existir un objeto de estudio de la filosofía, actualmente?
  • ¿O acaso ya se ha perdido tanto, que cualquier tipo de reflexión, de búsqueda de respuestas se vuelve, por necesidad, un "filosofar"?
  • Si Kant dijo que no se podía aprender filosofía, sino que aprender a filosofar... ¿Cuál era el filosofar al que se refería? ¿Cuál es el filosofar de aquí y ahora?
  • ¿Acaso desde Nietzsche, la filosofía se dedica a estudiar la vida y la propia verdad, antes de buscar La Verdad?

¿ Cogito Ergo Sum ?

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Les doy la más cordial de las bienvenidas a este blog de discusión, acerca de tópicos filosóficos que vivan aún, que carcoman nuestra vil tranquilidad, que nos lleven al examen de ver qué demonios decimos/creemos/tenemos/etc.
Pero para amenizar, la entrada a estas problemáticas que tienen una consistencia aplastante y demoledora, partiré con un tema, que pareciese ser discutido y según muchos sapientísimos es el principio de la filosofía moderna.
René Descartes dentro de sus Meditaciones Metafísicas nos muestra un relato en el que se deshace de las creencias que había defendido durante toda su basta vida. Pero, llega un punto en el que cuestiona su existencia.
Entonces, debe justificar su propia existencia sin recurrir a juicios que no vengan de forma directa de él. Para poder así, escapar del Genio Maligno que trata de engañarlo mediante todos los medios que pueda.
El aventurero entonces, afirma que al cuestionar su propia existencia está dudando, si duda es porque piensa y el pensar es una actividad del individuo, por lo que dice: él está pensando.
Si, él, René Descartes, sin duda está pensando, allí mientras escribe y medita en medio de su soledad y ociosidad. Él, René, entonces llega a decir que es: una cosa que piensa (Res Cogitans)... y el resto es caldo de otra sopa.
El punto es que determina la existencia de un YO, por medio de un predicado: Pienso.
El Ego Cogito Ergo Sum, esconde dentro de sí, un problema gigantesco: Aquí la Esencia, precede a la existencia; el pensar, en tanto que esencia de un individuo, antecede a su propia existencia. Piensa antes de existir, existe quizá cierta incongruencia, respecto a esto...
Veremos, ahora, ¿Qué se ha pensado a respecto de esto?:

  • En términos de Heidegger: "El cogitare del ego, deja de lado el sum, es decir, se olvida el Ser". Además, no olvedemos que: "La existencia precede a la esencia". No puede ser que tenga una cualidad, antes de existir; dicho de otro modo: no puedo ser humano y no existir hasta el momento en el que yo piense.


  • "...Aunque el pueblo crea que conocer es un conocer hasta el final, el filósofo tiene que decirse: `si yo analizo la frase: Yo pienso, obtendré distintas afirmaciones y me será difícil establecer qué cosa es el pensar´. Porque si yo no hubiera tomado ya dentro de mí una desición sobre esto, ¿De acuerdo con qué apreciaría yo que lo que acaba de ocurrir no es tal vez `querer´ o `sentir´? En suma ese `yo pienso´ presupone que yo compare mi estado actual con otros estados que ya conosco en mí, para establecer, de ese modo, lo que tal estado es. En razón de ese recurso a un `saber´ diferente, tal estado no tiene para mí en todo caso una `certeza´ inmediata. En lugar de aquella `certeza inmediata´en la que, dado el caso, puede creer el pueblo, el filósofo encuentra una serie de cuestiones metafísicas, auténticas cuestiones de conciencia del intelecto, que dicen así: `¿De dónde saco yo el concepto de pensar?¿Por qué creo en la causa y en el efecto?¿Qué me da a mí derecho a hablar de un yo e, incluso, de un yo como causa, y en fin, de un yo causa de pensamientos?´. Quien invocando una especie de intuición, del conocimiento se atreve a responder enseguida a esas cuestiones metafísicas, como hace quien dice `yo pienso, y yo sé que al menos esto es verdadero, real, cierto´; ése encontrará preparados hoy en un filósofo una sonrisa y dos signos de interrogación. ´Señor mío`, le dará tal vez a entender al filósofo, `es inverosímil que usted no se equivoque, pero ¿por qué también la verdad a toda costa?´.
  • [Nietzsche, Friedrich. Más Allá del Bien y del Mal, cap. 16]
Ahora bien, hemos visto la discusión que han entablado esta pareja de alemanes al viejo Descartes, pero ¿qué podemos decir nosotros a este respecto?
Les invito a dar sus más cruentas críticas, sus argumentos más consistentes, o bien, sus preguntas, observaciones, acotaciones, todo es bueno, ante la nada de un blog que recien empieza. Por supuesto les mandaré invitaciones a quien quiera para que pueda publicar, discutir y todo, en este espacio apartado de la farándula Facebookista.

Ghisilbert El Cínico.